“Oler el estrés” puede ser una combinación de términos un tanto contradictoria y un poco absurda. Hasta nuestro entendimiento, poder percibir a través de los órganos olfativos un sentimiento parece imposible, pero lo cierto es que los perros son capaces de identificar cuando nos mostramos nervisosos frente a ellos, de acuerdo a una última investigación.

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Las apariencias no logran engañar a los astutos caninos. Ellos son realmente capaces de “oler el miedo”. Esto lo evidencia una última investigación liderada por Clara Wilson en la Universidad Belfast de Queen en el Reino Unido. En esta ocasión, la hipótesis del estudio buscó revelar si los perros son capaces de percibir olfativamente el estrés, vinculado con la ansiedad y el miedo.

Para determinar la validez de su hipótesis, Wilson junto a su equipo reunieron a 36 personas y les asignaron la tarea de resolver un ejercicio matemático. “Los participantes debían realizar una cuenta regresiva de 9000 en conjuntos de 17 unidades en voz alta frente a las personas que conformaban el panel de investigación y si una cuenta salía mal, los interrumpíamos”, explicó la autora. Pasados tres minutos de la evaluación, el panel detuvo a los participantes.

La investigación llevada a cabo en el Reino Unido evidenció que los perros pueden oler el estrés

Los investigadores recolectaron muestras de sudor y aliento antes y después del ejercicio, tanto de su frente como de su cuello con un paño, mientras que los participantes tuvieron que respirar sobre este material tres veces para luego ser almacenado en tubo de vidrio.

¿Por qué los caninos pueden identfiicar nuestro estrés?

Luego de tres horas de la evaluación, los investigadores convocaron cuatro perros que debían clasificar aquellas muestras. Estos hicieron que los caninos olfateen las muestras, tanto anteriores como posteriores a la evaluación. Los resultados fueron sorprendentes ya que los perros lograron identificar con éxito las muestras de los participantes con mayor nivel de estrés, con aciertos en 675 de las 720 pruebas, lo que le otorgó una precisión del 94 por ciento al despeño de los caninos.

Mientras que las explicaciones sobre estos asombrosos resultados pueden encontrarse en la milenaria amistad entre los caninos y los humanos, revela Juliane Bräuer del Instituto Max Planch en Alemania. “La habilidad puede haber surgido de nuestra larga historia de compañía con los perros”, destaca la especialista y revela que “quizás otros animales también pueden distinguir el estrés en los humanos pero simplemente no les interesa".